martes, 29 de noviembre de 2016

¿Es que memorizar es divertido?

Al escuchar esta pregunta, podemos imaginar muchas respuestas, pero principalmente pensamos que serán dos las más frecuentes y que, previsiblemente, serán contrapuestas.Y es que seguro que hay personas, muchas, probablemente la mayoría incluso, que piensen que memorizar cosas es una penosa obligación cuando no un castigo divino y que desde luego maldita la gracia que tiene esta actividad. Sin embargo, hay otras personas que piensan justo lo contrario, que memorizar es entretenido e incluso muy divertido. Por supuesto, estas últimas saben bien de qué hablan: han experimentado los beneficios de la memorización en su vida y cómo esta en algunos casos ha impulsado y hasta decidido sus carreras profesionales.Es evidente que no hay forma de llegar a ser abogado del estado sin memorizar y mucho. Pero es que tampoco se puede ser mago sin utilizar la memoria. Y entre ambos estados caben muchas situaciones intermedias. Y la mayoría las experimentamos en nuestra vida diaria.Nosotros estamos convencidos de que memorizar, además de resultar enormemente útil, es divertido. Así lo cree sobre todo Luis Sebastián Pascual, autor del libro La pastilla verde. Técnicas de memorización para mayores de 40 años. Por eso nos dedica su libro a todos aquellos que ya no necesitamos memorizar para estudiar, pero que queremos acordarnos muchas veces de cosas que aunque más sencillas no por ello son menos importantes.Extractamos a continuación las primeras páginas de este libro, con las que además de entender el por qué del título de este, veremos con esta hilarante historia por qué memorizar algo puede ser condenadamente divertido. Estamos seguros de que después de leer esto es posible que tú también te animes a hacerlo.

La pastilla verde, Luis Sebastián Pascual, memoria, Mnemotecnia



























La pastilla verde


«Está la familia reunida entorno a la mesa cuando de pronto, llegando a los postres, alguien se acuerda de la pastilla que debía haber tomado antes de empezar a comer.—¡Ya se me ha vuelto a olvidar la pastilla verde!Seguro que la escena no te resulta extraña y algo parecido le habrás oído exclamar alguna vez a la abuela, al tío… ¡o te ha ocurrido a ti mismo! Y ya no disfrutas del postre pensando en la dichosa pastilla y tu mala memoria.Pues bien, permíteme señalar que normalmente el problema no es que tengas una mala memoria, sino que no has sabido cómo memorizar correctamente el dato de la pastilla verde a mediodía, antes de comer.La buena noticia es que hay varias estrategias que te pueden ayudar a desterrar este tipo de olvidos. A lo largo del libro expondré muchas de ellas pero, para empezar, explicaré un procedimiento para acordarse de la pastilla que, no diré que sea infalible, pero casi.No se trata de algo extraordinario, una pequeña pastilla verde es fácil de ver. Pero seamos originales, busquemos una forma singular de representar esa pastilla: supongamos, por ejemplo, que entre sus cualidades está la de aclarar la voz y por eso, el solista de Mojinos Escozíos antes de cada concierto, para cantar aquello de "verde, me gustan tus ojos verde" se toma una de esas pastillas, precisamente de color verde.Segunda cuestión, mediodía. La pastilla hay que tomarla a mediodía, justo antes de comer. ¿Qué sueles hacer habitualmente a esas horas? Muchas personas, antes de sentarse a la mesa, tienen la costumbre de encender el televisor para ver las noticias de mediodía.Imagina entonces que la presentadora se dispone a dar la primera noticia cuando, en riguroso directo, irrumpe por sorpresa en el plató de televisión el de Mojinos Escozíos para, de rodillas y tomándole la mano, declararse cantando a pleno pulmón "verde, me gustan tus ojos verde, verde como los astropajos, verde como los gargajos…".

¡Menudo caos! Los cámaras no saben qué hacer, el realizador al borde del infarto y la presentadora, estupefacta, tan solo alcanza a decir:—¡Pero si yo no tengo los ojos verdes!—¡Ah! ¿No? —responde el artista, mientras se acerca para fijarse bien. Vaya enamorado que no sabe ni de qué color son los ojos de su amada.Una escena inolvidable, ¿verdad?Imaginar este tipo de situaciones, cosa que en principio puede parecer un tanto absurdo, tiene su razón de ser. El objetivo no es otro que establecer en nuestra mente un vínculo entre la presentadora del telediario con la pastilla verde, de modo que una cosa lleve a la otra.Así, la próxima vez que te sientes a la mesa y enciendas el televisor, en las noticias de mediodía la imagen de la presentadora te evocará de inmediato la escena tan rocambolesca en la que el cantante de Mojinos Escozíos se le declaraba vociferando "me gustan tus ojos verde"... verde... ¡la pastilla verde!¿Pero esta tontería funciona? Sin duda. Cuando la pongas a prueba y, obstinadamente, una vez tras otra obtengas resultados positivos no tendrás más remedio que asentir».

Ponlo a prueba. Ya verás cómo funciona. Pero el libro tiene muchas estrategias más...

Os recomendamos que podéis adquirir el libro La pastilla verde. Técnicas de memorización para mayores de 40 años sin gastos de envío en la web de Meridiano Editorial, pinchando aquí.

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